El agua no es un combustible. No se puede quemar. Y no se puede quemar porque ya está quemado lo que se podía quemar que es el hidrógeno.
El hidrógeno al combinarlo con el oxigeno produce agua y desprende una gran cantidad de energía en el proceso.
¿Se puede utilizar el agua como combustible?
Si. La forma más sencilla de dividir el agua, en átomos de oxigeno e hidrógeno, es mediante un proceso llamado Electrolisis, en el que simplemente se utilizan dos electrodos de cargas opuestas conectados a una fuente de alimentación de corriente continua.
Pero el agua ya está oxidada y no se puede oxidar más para que suministre más energía. Se puede producir H2O2 o agua oxigenada, pero no se obtiene energía al pasar de agua normal a agua oxigenada, sino todo lo contrario, requiere energía.
Así que no se puede partir de agua y esperar oxidarla más porque se requiere energía en vez de producirla.
El famoso motor de agua, ni ha existido ni existirá. Otra cosa es que el agua se use como parte de otra reacción química donde haya otro elemento que sea el que realmente aporte la energía.
Por ejemplo si se mezcla sodio metálico con agua se desprende hidrógeno y una gran cantidad de energía.
Y luego el hidrógeno a su vez se puede combinar con el oxígeno del aire produciendo más energía. Pero la fuente de energía aquí está en el sodio metálico y no en el agua.
¿ Porque el inventor del motor de agua murió envenenado?
La vida de Stanley Meyer causó gran polémica. Fue un extravagante inventor norteamericano que intentó fabricar un motor que funcionase con agua, disociando mediante electricidad el oxígeno y el hidrógeno que la componen.
Stanley Meyers llegó a trabajar para la NASA y fue nombrado inventor del año en el 1993.
Tras alguna demanda por parte de socios y críticas científicas a su trabajo, murió repentinamente en 1998 durante una cena con su hermano gemelo, que también era su socio, y unos posibles inversores.
Y aunque la autopsia reveló un aneurisma cerebral como causa, sus allegados y seguidores apuntaron enseguida a una conspiración en la que habría sido envenenado por intereses de la industria petrolera.
