Humm, el Celestiq un Cadillac que quiere competir con Rolls-Royce y Bentley con un exorbitante precio

Después de meses de burlas, General Motors presentó oficialmente el Cadillac Celestiq, un sedán ultra lujoso de cero emisiones destinado a competir cara a cara con los autos de alta gama de Rolls-Royce y Bentley.

Si Cadillac ha cometido locuras en el pasado tratando de competir con los modelos de lujo Europeos, esto del Celestiq va mas allá de lo esperado, porque tratar de competir con Rolls-Royce y Bentley, es para muchos una burla al consumidor que ya conoce las deficiencias de Cadillac.

Cadillac dice que es parte del ambicioso plan de GM de vender solo vehículos eléctricos para el 2035.

El Celestiq comenzará en alrededor de $ 300,000 dólares antes de las tarifas y opciones de envío, que los compradores están invitados a acumular con la ayuda de un conserje personal que los guiará a través del proceso de compra.

Cada Celestiq se fabricará a mano según las especificaciones del cliente, y la marca limitará la producción anual a un volumen extremadamente bajo. La producción comienza en diciembre de 2023.

Ese alto precio te da un sedán con un estilo exagerado de auto conceptual y una silueta como ninguna otra en el camino.

Se ve excepcionalmente largo y tiene una parte trasera inclinada y trasera que recuerda a los vehículos eléctricos como el Porsche Taycan y el Mercedes-Benz EQS.

El interior del Celestiq está marcado por líneas elegantes y una estética limpia. Pero Cadillac no se contuvo cuando se trataba de pantallas: hay cinco de ellas.

La estrella del espectáculo es una pantalla de 55 pulgadas que abarca el tablero y consta de dos pantallas separadas. Está controlado por un dial giratorio de cristal.

Luego hay un “Centro de comando delantero” inclinado montado en la consola central. Los pasajeros del asiento trasero no se quedan fuera: obtienen un “Centro de comando trasero” junto con pantallas de 12,6 pulgadas montadas en los respaldos de los asientos delanteros.

En el interior, el Celestiq tiene iluminación ambiental, generosas cantidades de cuero y un techo de vidrio que se puede teñir con solo presionar un botón. El techo tiene cuatro zonas que se pueden controlar de forma independiente.

Los compradores pueden esperar 300 millas de autonomía con una batería de 111 kilovatios, dice Cadillac.

Celestiqs tendrá tracción total proporcionada por dos motores que juntos producen 600 caballos de fuerza y ​​640 libras-pie de torque. El auto puede alcanzar las 60 mph en unos breves 3.8 segundos, estima Cadillac.

La marca incluyó cuidadosamente la dirección en las ruedas traseras para ayudar a los clientes a navegar en áreas estrechas como estacionamientos sin giros en K excesivos.

El Celestiq debuta como una pieza en una estrategia de electrificación de amplio alcance de GM que promete traer vehículos eléctricos de muchos estilos de carrocería y precios a las carreteras estadounidenses.

En el extremo más asequible del espectro estará el Chevrolet Equinox EV, cuyo precio inicial es de $30,000 dólares.

Los modelos actuales como el Chevy Bolt EUV y el Cadillac Lyriq SUV junto con los futuros como las camionetas pickup GMC Sierra EV y Chevy Silverado EV constituyen el término medio.

Si en algunos momentos de estas ultimas décadas y luego de lanzar el Cimarrón en el 1982, alguien pensó que Cadillac pudiera competir contra sus pares Alemanes, les fue mal.

Esta vez el fabricante de Detoit va mas allá y quiere arrastrar a sus seguidores a competir con Rolls-Royce y Bentley. Es como si un auto de F3 quisiera competir en la F1. En fin, otra locura de la General Motors, que no sabemos como terminara, peo si lo imaginamos.

Los últimos años de Cadillac 

En los hasta principios del 80, tener un Cadillac era un símbolo de prosperidad. En ciudades como Miami, los Cubanos Americanos enviaban sus fotos con los Cadillac’s a sus familiares en Cuba, para demostrar lo prósperos que estaban, resaltando su ego.

Mientras en Cuba, sus familiares decían que en cualquier momento se iban a Estadas Unidos para trabajar duro y poder comprar un Cadillac.

Cadillac ha sido por décadas y por historia, sinónimo de prosperidad. Pero ya no es.

La marca está deambulando en un mar de dificultades, con ejecutivos que no dan la talla, sin poder revertir la situación.

La marca ha estado perdiendo clientes durante los últimos años, y ahora se está embarcando en otro plan de recuperación. Otro más… y van…

El último reto es la inversión en vehículos eléctricos, la introducción de nuevos estilos de carrocería, la renovación de anuncios y el traslado de la sede de la marca, desde Nueva York, donde nunca tenía que haber salido desde su original sede en Detroit. Para retornar con la cabeza gacha a Detroit.

Limones y más limones aclamados por la prensa

Vehículos como el ATS y el CTS ganaron la aclamación de los críticos en la última década, claro críticos que son periodistas afines a la marca, que ensalzan modelos de vehículos que terminan siendo verdaderos fiascos para el pobre consumidor

En los años de gloria de la marca, entre los 40’s y los 60’s, Cadillac era sinónimo de lujo, ni los alemanes le hacían sombra. Hoy no está ni a la sombra de ningún auto alemán, y esa lucha por tratar de recuperar el terreno perdido, lo ha llevado a esta crisis de identidad.

En su afán de competir con las marcas alemanas, Cadillac emplea jóvenes creativos que derriten su cerebro para producir comerciales que lucen muy atrayentes, pero el consumidor ya está quemado con la marca y estos comerciales podrán ganar premios, pero no compradores de Cadillac.

Para peor, la marca no quiere expandir su presupuesto en el mercado Hispano, luego de hacerlo con los afroamericanos que culparon a la marca de ser racista.

Cadillac invierte un fuerte presupuesto de mercadeo, en jóvenes que solo atraen por precio, sin entrada y bajo interés de los concesionarios.

Para mi entender, vender el Celestiq a 300.000 dólares, es como venderles una nevera a los esquimales, pero Cadillac piensa que ese es el camino y lo ha venido siguiendo por décadas esperando que algún día la luz en el camino se llegue a encender.

Por lo pronto, creo que mientras produzcan más SUV’s, más vehículos eléctricos de lujo, y los vendan con muchos incentivos que atraigan a futuros compradores, Cadillac seguirá ahí, hasta que aparezca el genio de la lámpara y saque de ella una idea que le abrirá el futuro sin complicaciones. Pero por ahora no se vislumbra esta opción y menos con el Celestiq.