¿ El ruido del tráfico en las ciudades puede ser peligroso para la salud ? ChatGPT nos contesta.
La exposición contínua al ruido del tráfico puede tener un impacto negativo en la salud física y mental de las personas.
En términos físicos, la exposición al ruido del tráfico puede causar problemas de audición, como la pérdida de audición inducida por el ruido. También puede aumentar la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión, el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular.
En términos mentales, el ruido del tráfico puede afectar el bienestar emocional y la calidad de vida de las personas. Puede causar estrés, ansiedad, depresión, insomnio y otros trastornos del sueño, lo que puede afectar negativamente la salud mental y el rendimiento cognitivo.
Además, la exposición al ruido del tráfico también puede afectar a los niños y las personas mayores de manera más significativa debido a su mayor sensibilidad al ruido y su mayor vulnerabilidad a las enfermedades cardiovasculares y mentales.
Por lo tanto, es importante tomar medidas para reducir la exposición al ruido del tráfico, como utilizar tapones para los oídos, reducir la velocidad del tráfico, mejorar el aislamiento acústico de los edificios y promover el transporte público y las formas de transporte no motorizadas como la bicicleta y caminar.
Un estudio muestra que la contaminación acústica del tráfico multiplica los casos de hipertensión al margen del efecto de las emisiones.
Aunque no sean conscientes se estima que alrededor de un tercio de los adultos padecen de hipertensión, y es uno de los principales factores de riesgo de muerte prematura en todo el mundo.
El tabaco, el exceso de sal, el alcohol o la polución son algunos factores que aumentan la tensión, pero hay una amenaza que no se suele tener en cuenta: el ruido.
Aunque resulte molesto, la relación con la presión arterial o las enfermedades respiratorias no resulta tan intuitiva como la que existe con el humo de los autos y, además, no abundan los estudios científicos que demuestren el vínculo.
Aun así, tanto el ruido excesivo como la polución fueron incluidos en 2021 por la Sociedad Europea de Cardiología entre los aspectos que se pueden modificar para reducir los riesgos de la hipertensión en la población.
Un equipo liderado por Jing Huang, profesor de la Universidad de Pekín (China), acaba de publicar un trabajo en la revista JACC: Advances en el que se refuerza la relación entre el ruido del tráfico y la hipertensión.
Los investigadores recogieron información del Biobanco del Reino Unido de más de 240.000 personas de entre 40 y 69 años que no tenían hipertensión.
Las siguieron durante una media de ocho años, estimando el ruido al que se vieron expuestos a partir de la dirección en la que vivían, y registraron logros desarrollaron la dolencia.
Fueron más de 21.000 y los datos muestran que el riesgo de una presión sanguínea excesiva está relacionado con la dosis de ruido a la que se vieron expuestos.
Además, fueron capaces de separar el efecto del ruido del de la contaminación, pero vieron que el daño se agrava cuando ambos se combinan. “Parece posible que una exposición elevada a aire contaminado deje al cuerpo más vulnerable a los efectos peligrosos del ruido del tráfico y viceversa”, escriben.
Los investigadores han obtenido pruebas más fiables de algo que está costando demostrar y dan argumentos a quienes defienden que regular el tráfico, menos tanto el ruido como la contaminación del aire, es una medida útil para disminuir los problemas de salud cardiovascular y otras enfermedades en toda la población
Julio Díaz, investigador del Instituto de Salud Carlos III, cree que estos resultados “son importantes para incluir el ruido asociado al tráfico como causa de muchos problemas de salud”.
“Nosotros publicamos un estudio en el que calculamos el número de coches circulando en una zona y los ingresos hospitalarios estaban relacionados”, apunta Díaz, que ha participado en varias investigaciones sobre el impacto del ruido en la salud.
En el análisis, aparecido en 2015, se estimaron que bajar el ruido del tráfico en la Comunidad de Madrid un decibelio supondría evitar 468 muertes prematuras al año.
Según señala Díaz, “en las zonas de bajas emisiones solo se piensa en el beneficio de reducir” el dióxido de nitrógeno, pero “no se mira el ruido” pese a la relevancia de sus efectos.
Estudios como el publicado ahora sugiere que el daño del ruido sobre la salud crece de una forma lineal.
El trafico, el 80% del ruido
Carlos Escobar, cardiólogo del Hospital Universitario La Paz, en Madrid, coincide en que “no se vigila lo bastante el ruido al que estamos expuestos”.
“El ruido agudo es fácil de detectar, como cuando alguien da un grito o hay una máquina debajo de casa, pero el ruido crónico elevado puede ser más peligroso, porque te acabas de acostumbrar”, asevera.
“Con el tiempo, puede aumentar la presión arterial y ser una variable que después incremente el riesgo de ictus o infarto”, continúa.
Escobar enfatiza la importancia de controlar el ruido de los coches, que en Madrid podría suponer el 80% del total, pero también señala “a las condiciones del lugar de trabajo o a lo que hacemos en casa, donde podemos poner durante mucho tiempo música alta o videojuegos”.
“Si lo hace crónicamente, puede ser malo, no solo para la audición, sino para la salud cardiovascular”, concluye.Díaz también señala el peligro de esos sonidos agradables a muchos decibelios:
“Hay un componente subjetivo y, aunque no sea lo mismo el ruido que quieres oír, como una canción a mucho volumen, el impacto que tiene es el mismo”.
“La gente puede pensar que se acostumbra a un ruido, y los que vivimos en ciudades como Madrid nos acostumbramos al ruido de los coches, pero el cuerpo no se acostumbra”, advierte.
“Estudios en los que se ha sacado sangre a gente antes y después de someterles a ruido se ha visto que hay mayores niveles de glucosa, de colesterol o de cortisol, que es la hormona del estrés”, afirma.
“La explicación simplificada sería que tu cuerpo vive el ruido como una agresión, y cuando necesitas repeler una agresión, lo primero que haces es aumentar tu presión arterial y tu frecuencia cardíaca, y verter al torrente sanguíneo sustancias como el cortisol”, explica.
“Altos niveles de sustancias como el cortisol debilitan el sistema inmunológico y facilitan las infecciones respiratorias, y una inflamación celular crónica produce muchos otros problemas de salud”, resume.
Los autores del estudio considerando que sus hallazgos son una llamada de atención a las autoridades, para que alivien el impacto del ruido del tráfico como parte de un esfuerzo social, aplicando medidas de control más estrictas, mejorando las carreteras y el diseño urbano y fomentando la inversion en vehiculos mas silenciosos.
Además, apuntan que las personas que vivían en las áreas más pobres tienen un riesgo significativamente más elevado de desarrollar hipertensión que las personas de las zonas más acomodadas.
Por eso, propone, “cambiar el entorno físico de estas zonas podría generar mayores beneficios absolutos y podría ser priorizados”.
Fuente: Parte del articulo es reproducido por gentileza del periódico El Pais de España